Si tienes una oficina, trabajas en una o bien desde casa en tu propio despacho debes saber que la temperatura es uno de los factores externos que más puede afectar a la productividad. En un estudio publicado por la revista NATURE se establece una relación entre la temperatura y la productividad económica a nivel global, para lo que se analizaron datos económicos de 166 países.
Es relativamente común que en algunas oficinas se abuse del aire acondicionado en verano y de la calefacción en invierno y más allá del tópico de la diferencia de la percepción de la temperatura entre hombres y mujeres, ¿realmente esto afecta a la productividad? Lo cierto es que si y mucho, y existen varios estudios al respecto cuyas conclusiones puede que te sorprendan.
Investigadores de la Cornell University realizaron un estudio encaminado a correlacionar la temperatura del lugar de trabajo con la productividad de los trabajadores de una empresa aseguradora. Pues bien, con temperaturas demasiado bajas (en concreto inferiores a los 20 grados), los trabajadores se equivocaban un 44% más y eran la mitad de productivos que con temperaturas alrededor de los 25 grados. Sorprendente, ¿verdad? Pues si, el frío excesivo en el lugar de trabajo no solo es una cuestión de incomodidad, sino que el coste por empleado y por hora estará aumentado significativamente.
Otro estudio de la revista Science va más allá al relacionar el frío físico con el psíquico. Es decir, cuando sentimos frío tendemos a percibir a los demás como menos amables y cuidadosos. Este curioso fenómeno se debe a que la zona del cerebro que se activa cuando la temperatura es agradable es la misma que se activa cuando experimentamos confianza y empatía, por lo que ambas sensaciones está correlacionadas de forma innata para nuestro cerebro.
Parece pues, suficientemente demostrado que la productividad y la temperatura están muy correlacionadas. Faltaría preguntarnos por las causas de esta correlación. Pues bien, se trata de algo extremadamente fácil de entender. Cuando la temperatura del cuerpo baja necesitamos dedicar energía corporal para mantener la temperatura, lo cual deja menos energía libre que podríamos estar usando para la concentración por lo que nos equivocamos más y rendimos menos.
La temperatura ideal debería situarse entre los 21 y 24 grados centígrados y es muy importante también prestar atención a una nueva circulación y purificación del aire ya que el confort depende tanto de la temperatura como de la calidad del aire que se respira.
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